26.5.08

Indirana Jones

Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal. Indiana Jones IV. Lo suelto: podrían haberse quedado en tres. Decepción casi total. Creo que a George Lucas (visto lo visto en Star Wars) no le sientan nada bien las infinitas posibilidades que ofrecen los efectos digitales. Todo puede hacerse. Pero la película se impregna de una pátina de inverosimilitud más increíble aún si cabe (aún tratándose de Indiana Jones). La selva amazónica se me parece a Port Aventura, no es la selva del comienzo del Arca. Mientras transcurría la película tenía la certeza que nada podría ocurrirles a la simpática familia: ni caídas, ni disparos, ni animales salvajes. Es posible que las explosiones sean menos espectaculares, pero me eran más "de verdad" que las de ahora. Y luego la iluminación de las caras, los lugares. Todo demasiado perfecto. En el Arca, el Doctor Jones escupe sangre y es tiroteado en un brazo. Le duele y pierde. Sucio, dolorido, magullado, maldice. Pero se levanta y va a por ellos (entra música). No hay ningún momento así aquí. Todo transcurre lineal y previsiblemente.

Tampoco funcionan los secundarios. Ninguno. Apenas me acordaré de ellos en un par de días.

Los enigmas arqueológicos están más cerca de la saga de "La momia" que en anteriores entregas. Nada que ver con el halo de misticismo tras el Arca o el Grial: recuerdo el momento en la sala de los mapas, las tres pruebas para alcanzar el Grial "sólo el penitente pasará..." ¿George, qué te pasa muchacho? ¿Se te ha olvidado todo? 

Momentos absurdos: los "guardianes de tumbas" peruanos amantes del Kung Fu ¿de dónde salen estos? Indi Jr saltando entre lianas cual Tarzán. Los monos se animan también. Se os va, tíos. Un poco de guión, por favor.

Los malos ahora son rusos. Y aunque Cate Blanchett no hace mal papel, me parecen bastante inofensivos y muy muy poco villanos. 

Lo mejor: el guiño a la saga. Cierta intención de cerrar la historia. Ese almacén donde se oculta el Arca (cuantas veces habré visto ese final) y la melodía que evoca el recuerdo, se cierra un círculo. 

Y el final...en fin, el final. Nada de nada gente. Pero había que ir a verla.

21.5.08

Costa da Morte

Los días, las semanas, los meses que se agrupan en años y no siempre se puede escribir. No puede estar uno verbalizando siempre, haciendo palabras alrededor. Se debe vivir, aunque admito que para la defensa de esa dicotomía vivir/escribir, no tengo más argumentos que los de otros.

Hoy he recorrido parte de la Costa de la Muerte. En Ézaro se quema el monte. Día gris para montes y bosques que mueren en playas pequeñas y acantilados. Quizás en verano sea otra cosa. Pero no es verano y este mayo no es ni siquiera un preludio tímido de junio. Sí se nota en la luz, que se alarga hasta las diez menos cuarto o un poco más.

De pronto, una percepción (no seguridad): que no está en nuestras manos la decisión de este u otro sitio, de tal o cual trabajo. No la decisión esquemática (como hacer "click"). Creo que vamos poco a poco construyendo nuestras opciones. Después, sumando otras nuevas variables impensables se nos presenta nuestra realidad, es decir, la decisión a tomar. Es el "titubeo metafísico" de Ortega.

En unos días, y tras más de dos años de WOW, pruebo el Age of Conan. Por favor, que funcione.