24.2.06

Memoria para el olvido

Como me cuesta leer mucho novelas, ojeo ensayos a destiempo. Libros que no existen, recopilaciones de artículos, reseñas en revistas, unión de textos. Son libros que se leen desde el medio hacia atrás, o desde el principio para luego saltar hacia el final. Siruela publica ensayos de Robert Louis Stevenson y lo titulan entresacando de una frase de "Secuestrado": "tengo una espléndida memoria para el olvido, David".

Stevenson escribe sobre muchas cosas: la conversación, libros, sueños, viajes. Disfruté con su "apología de la pereza" y con "El dorado" del que copio su último párrafo.

"Damos una imagen extraña mientras avanzamos hacia nuestras quimeras, en marcha sin fin, racionándonos los momentos de descanso, pioneros y aventureros infatigables. Es verdad que nunca alcanzaremos la meta, es más que probable que no exista tal lugar, y, aunque vivieramos varios siglos y tuvieramos los poderes de un dios, al final no nos acercaríamos tanto como deseamos. ¡O laboriosas manos de los mortales! ¡O pies incansables, que viajáis sin saber dónde¡ Creéis que pronto, pronto, llegaréis a una cima conspicua y que, sólo un poco más allá, recortándose contra el sol poniente, divisaréis las agujas de El Dorado. Qué mal conocéis vuestra suerte, porque viajar esperanzado es mejor que llegar, y el verdadero éxito reside en el esfuerzo"