10.6.10

Mad Men

Acabo de terminar de ver la primera temporada de Mad Men. Qué serie, tú.

La disección de la sociedad neoyorquina de principios de los sesenta. Empresa y familia. Hombre y mujer. El matrimonio, la familia. Me recuerda un poco a “Revolutionary Road” (en todo caso menos grave) y al ejercicio de “American Beauty” (salvando las décadas y sin el elemento subversivo).

El hilo narrativo: Don Draper. Personaje complejo, por momentos desconcertante. Amoral e íntegro hedonista. Marido y amante honesto. “Mi vida va en una sola dirección: hacia adelante”.

Creando valores de la cultura de consumo que ahora termina. El escenario de la obra es Sterling & Cooper, Madison Avenide, publicistas. El rol de la mujer en el trabajo. La competitividad como forma de compañerismo. El éxito es la medida de todas las cosas.

La (a) amoral afectiva, ¿qué es el amor?: No me malinterpretéis, no estoy juzgando. Amantes, romances. Casi todo inmediato, líquido, a corto plazo. Cinismo y pasión. El matrimonio es una forma de ampliar el peso social. El amante es un eslabón más, un añadido, una carta marcada.

Se dan a la bebida: Casi todos y desde por la mañana. Múltiples combinados en situaciones variadas: en el trabajo, al llegar a casa, en la comida, en la cena, en cualquier celebración. Alcohol como suavizante de lo real.

El humo y la luz. El tabaco y sus pausas. Fumaban en paz, en la ignorancia de los efectos nocivos revelados en nuestros días. Fumaban con estilo.

Gran recurso: dos finales para elegir según estómagos y sensibilidades. Creo que el más plausible es el segundo. El que todos desearíamos, en un tiempo para el perdón y el amor, se nos muestra primero.